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Aspectos epidemiologicos y control de los culicidos (mosquitos) (página 2)



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  • tener el cuerpo cilíndrico y boca superior (alimentadores de la superficie) y carnívoro en el hábito, y debe tener una predilección (aunque en algunas etapas de su vida) para las larvas del culícidos en presencia de otros tipos de alimento;

  • que sea muy prolífera con rápido desarrollo embrionario , crecimiento, y madurez sexual temprana;

  • debe ser resistente a la sequía y capaz de vivir y procrease en aguas profundas, pequeños reservorios de agua estancada o con corriente débil así como en tanques de agua sin provocar contaminación ;

  • debe tener la habilidad para resistir el estrés por las manipulaciones y el transporte por largas distancias;

  • Las especies más importantes de peces larvívoros estudiadas están incluidas en las familias Poeciliidae, Cyprinodontidae, Cyprinidae y Cychlidae ( Toler et al. 2001). El orden Cyprinodontiformes, incluye las familias Poeciliidae y Cyprinodontidae las cuales poseen unas 600 especies en 100 géneros que potencialmente pueden ser utilizadas como biorreguladores.

    En Cuba los primeros trabajos sobre peces como controladores de larvas de mosquitos fueron realizados en 1851 por Don Felipe Poey y Aloy a él le han sucedido una serie de investigaciones relacionadas con la sistemática, ecología, alimentación, etc. de las familias Cyprinodontidae y Poecilidae citándose entre ellos los trabajos de Koldenkova et al (1993) y Menéndez et al (1999). Estos investigadores han demostrado que en nuestro país contamos con un potencial ictiológico relativamente grande para el control de mosquitos en cualquier tipo de ecosistema acuático existente en el territorio nacional. De ellos alrededor de 14 especies pertenecientes a 8 géneros se han estudiado o están en proceso de estudio para su amplia utilización por la Red Nacional de Control de Vectores, muchas de estas especies son endémicas y se encuentran ampliamente distribuidas en el Archipiélago Cubano.

    Principales especies de peces larvívoros en el control de culícidos Koldenkova y García (1990) proponen una clave pictórica de las especies más importantes de los peces larvívoros de Cuba:

    • a) Poecilia (Lebistes) reticulata Peters, 1895

    Esta especie, que pertenece a la familia Poecilidae, es originalmente de América del Sur. Su distribución nativa se extiende desde Holanda, Las Antillas incluyendo Barbados y Trinidad, Venezuela, Brasil y Guyana. El "Guppy", como es conocido comúnmente, no es endémico de Cuba pero se ha adaptado perfectamente en las condiciones de la Isla donde abunda en diversos

    reservorios tales como zanjas y canales con agua dulce de corriente débil y otros depósitos muy contaminados con materia orgánica (Carrasco, 2004).

    De acuerdo a Rojas et al (2004) y Chandra et al (2008), esta especie tiene hábitos de alimentación diurna y puede alcanzar la madurez sexual a los dos o tres meses de edad, obteniendo gran cantidad de alevines en poco tiempo, que oscila entre 4 y 33 (hasta 60). El intervalo entre un parto y el otro es de 27 a 30 días. Los machos miden aproximadamente 2 cm y las hembras 4 cm. La P. reticulata no puede tolerar temperaturas bajas, prefiere temperaturas entre 22 y 24oC y aguas con pH entre 6.5 -8.5. Es un biorregulador mundialmente conocido, a pesar de ser omnívoro (consume organismos vivos, plantas y materia orgánicas), puede devorar grandes cantidades de larvas de mosquito. En condiciones de laboratorio el pez diariamente consume más de 60 larvas de mosquitos. Como esta especie está adaptada perfectamente a las condiciones de alta contaminación (mejor adaptación que Gambusia), puede ser utilizada como biorregulador en las lagunas de oxidación y otros lugares de cría masiva de Culex quinquefasciatus.

    • b) Gambusia puncticulata Poey, 1854

    Es una especie endémica y ampliamente distribuida de Cuba. Posiblemente es la especie de la familia Poecilidae más abundante de Cuba. Habita embalses ríos, canales, arroyos, depósitos con agua estancada o con corriente débil, con o sin vegetación. Resiste cierto grado de contaminación orgánica, se encuentra con frecuencia en agua salobre. Cría todo el año y como promedio puede parir 30 alevines en dependencia del tamaño de la hembra, la época del año etc. Los alevines crecen muy rápido, empezando a alimentarse a las pocas horas después del nacimiento. Su hábito alimentario es carnívoro pues es un magnífico biorregulador. Por lo general se alimenta de organismos vivos, incluyendo larvas de mosquitos. En condiciones de laboratorio el pez puede consumir más de 100 larvas de mosquitos en 24 horas. Este pez sin embargo tiene algunas desventajas: es muy voraz, por lo que se planteó por la OMS, que no es deseable su introducción en reservorios de peces comestibles, ya que puede afectar su cría.

    • c) Gambusia punctata Poey, 1854

    Está ampliamente distribuida por toda la Isla Cubana, incluyendo la Isla de la Juventud. Varios autores la reportan también en Florida. Igual que la G. puncticulata, es una especie abundante en Cuba. Habita embalses, ríos, lagunas, arroyos, canales, prefiriendo los reservorios soleados y no muy sucios. Cría todo el año y puede parir más de 30 alevines, aunque la cantidad de los mismos depende del tamaño de la hembra. Los alevines empiezan a alimentarse a las pocas horas después del nacimiento y crecen con mucha rapidez. Es un buen biorregulador que en condiciones naturales se alimenta de organismos vivos. En el laboratorio ingiere más de 80 larvas de mosquitos en 24 horas. La presencia de vegetación reduce notablemente su capacidad biorreguladora.

    • d) Limia vittata Guichenot, 1853

    Este pez es endémico de Cuba y la Isla de la Juventud. Es muy abundante en toda el área de su distribución donde habita ríos, lagunas, arroyos, canales, embalses tanto de agua dulce, como salobre. Es común para aguas estancadas, así como con corrientes débiles. Se han observado algunas de estas poblaciones viviendo en el agua de mar en los manglares; esto confirma que son peces muy eurihalinos, de gran resistencia en un alto grado de contaminación orgánica. Puede vivir en los lugares con mucha vegetación. Esta especie cría posiblemente todo el año, es bastante prolifera, de una vez puede parir de 23 a 48 alevines mientras los ejemplares más grandes pueden parir más de 200 alevines. El parto ocurre cada 28 – 31 días. A pesar de ser una especie limnóvora ha demostrado ser un buen biorregulador. En condiciones de laboratorios es capaz de consumir más de 100 larvas por día. Aunque, en condiciones naturales, en presencia de otras especies de peces (por ejemplo del género Gambusia), se alimenta más de detrito.

    • e) Girardinus metallicus Poey, 1854

    Esta especie es muy abundante en toda la Isla, incluyendo la Isla de la Juventud. Según algunos autores, está presente también en Costa Rica. Vive en los embalses, ríos, arroyos, campos de arroz, lugares pantanosos, lagunas de agua dulce en comunicación con el mar. Habita lo mismo agua limpia, transparente, con mucha vegetación que contaminada. Aunque este pez es omnívoro, en los experimentos realizados, se ha demostrado su efectividad como biorregulador de larvas de mosquitos. En condiciones de laboratorio diariamente puede consumir cerca de 70 larvas de mosquitos. En condiciones naturales todavía se necesita estudiar su comportamiento como biorregulador en presencia de otros peces larvívoros (Gambusia etc.).

    • f) Cyprinodon variegatus Poey, 1860

    Pertenece a la familia Cyprinodontidae. Esta especie habita en aguas poco profundas (menos de 76cm de profundidad), en las ensenadas, lagunas, charcos, canalizos, manglares y otros reservorios, por lo general próximos a la costa. Habita agua salobre y salada, puede resistir el agua dulce también. Este pez es muy eurihalino; lo han encontrado en aguas superhalinas (hasta 142 ppm), o sea, en charcos de agua del mar en proceso de desecación, lo que constituye el máximo de salinidad, que puede resistir un pez en todo el mundo. Sin embargo se supone, que no son estas las mejores condiciones para su vida, ya que prefiere la salinidad menos de 20 ppm. Cría posiblemente todo el año. Sus huevos se adhieren a las plantas y algas, a veces ovipositan en la arena. Es buen larvívoro, que en un día puede devorar más de 70 larvas de mosquitos. En condiciones naturales se alimenta de algas, materia orgánica y larvas de insectos. Como este pez habita en las costas en agua salobre, puede ser usado para controlar poblaciones de Ochleratatus taeniorhynchus y Oc. sollicitans.

    • g) Cichlasoma tetracantus Cuvier & Valenciennes, 1831

    Pertenece a la familia Cichlidae. Esta especie es endémica de Cuba, está distribuida por toda la Isla, incluyendo la Isla de la Juventud .Según algunos autores, está presente también en Barbados. Habita los reservorios de agua dulce y salobre, lo mismo con corriente rápido, que con corriente débil; en los lagos, pantanos; en aguas transparentes o turbias, prefiriendo las turbias. Vive también en la boca de algunos ríos de agua salada. Cría todo el año con el máximo de reproducción en los meses de marzo, abril y mayo. Para la ovoposición los progenitores preparan unos nidos en el fondo. Los mismos con huevos y cría son vigilados por macho y hembra. Este pez es carnívoro, consume crustáceos, insectos acuáticos y otros organismos vivos. Se plantea, que los juveniles de esta especie son activos biorreguladores de larvas de mosquito. Es necesario determinar su capacidad depredadora en condiciones experimentales.

    Copépodos

    Los copépodos son considerados como un grupo cosmopolita que ocupan diversos hábitats en todo el mundo. Se consideran los metazoarios más abundantes del planeta, incluso por encima de los insectos y de los nemátodos. Estos microcrustáceos viven en variables hábitats acuáticas: agua de los lagos mas bajos, de sedimentos, océanos, aguas subterráneas y superficiales, charcos etc. (Williamson & Reid 2001). Hay más de 10 000 especies nombrados de copépodos, actualmente organizado en nueve grupos principales o órdenes. Son cuatro los órdenes de copépodos de vida libre representados en aguas continentales (Calanoida, Cyclopoida, Harpacticoida y el recientemente descrito Gelyelloida, propio de aguas intersticiales profundas). Los Calanoidas son principalmente herbívoros mientras los Harpacticoidas son principalmente omnívoros. La mayor parte de los Cyclopoida son depredadores y por tanto son los únicos copépodos que devoran larvas del mosquito. Hay aproximadamente 700 especies conocido de copépodos cyclopoida en todo el mundo. Las especies más adecuadas para el control de culícidos son aquellas cuya talla, características conductuales y morfología mandibular les confiere una mayor capacidad depredadora. Entre estas formas destacan especies de Acanthocyclops, Diacyclops, Megacyclops, Mesocyclops (Mesocyclops edax, Me. Longisetus , Me. aspericornis y Me. ruttneri) y Macrocyclops (Macrocyclops albidus) (Dussart y Defaye, 2001; Fernández et al., 2005).

    El ciclo de vida de los copépodos está constituido por 4 etapas: huevo, naupilio, copepodito y el adulto. El cuerpo está segmentado en dos divisiones: el metasoma (constituido por la cabeza y el tórax) y el urosoma (abdomen). Tiene el tiempo de vida que varía de sies meses a un año, eclosionando los huevos de 24 horas a cinco días; pueden tener de tres a seis generaciones. Su óptima temperatura oscila entre 21 y 28o C; para su crianza y reproducción en el laboratorio el agua utilizada debe ser declorada (Ho+yñska, 2006).

    Sólo las especies mayores de copépodos (el largo del cuerpo mayor que 1.4 milímetros) son de uso práctico para el control del mosquito; las más efectivas pueden devorar más de 40 larvas por copépodo por día y así reducir la supervivencia larval por 99-100% en condiciones de campo. Estas especies, según Suárez et al (2003) son: Macrocyclops albidus (Jurine), Mesocyclops longisetus, Me. aspericornis y Me. woutersi.

    De las 26 especies de copépodos dulceacuícolas reportadas en Cuba, Ma. albidus tiene distribución cosmopolita (Smith y Fernando,1978), es una especie prometedora para el control biológico de mosquitos, debido a su relativamente gran tamaño (1.0 -1.5 mm de largo del cuerpo del adulto) y su conducta agresiva con sus presas potenciales que incluyen mosquitos, protozoos, rotíferos, fitoplancton y otros por lo que se ha utilizado con éxito en diferentes países para el control de St. aegypti (en tanques, gomas y recipientes artificiales) así como An. albimanus en criaderos naturales y Cx. quinquefasciatus en criaderos que no estén muy poluídos (Marten et al., 2000; Menéndez et al.,2004).

    De acuerdo a Kay et al. (2005), en el pueblo de Phanboi, en el norte de Vietnam, se desarrolló una estrategia de control de los casos de Dengue usando especies de copépodos (Mesocyclops woutersi, Mesocyclops thermocyclopoides y Mesocyclops pehpeiensis) como control biológico. Autores como Marten y Reid (2007) plantean que ésta ha sido la única operación de gran escala con copépodos hasta la fecha, la cual ha logrado una erradicación local de St. aegypti a centenadas de pueblos. Los mismos autores plantean que las pruebas de campo realizado mundialmente han demostrado que la introducción de las correctas especies de copépodos en el correcto hábitat en un buen tiempo puede eliminar a las larvas de Anopheles o Stegomyia. Se han realizado algunos trabajos empleando diferentes especies de copépodos en el control biológico del mosquito St. aegypti, empleando incluso técnicas muy avanzadas (microscopia electrónica de rastreo) en países de Centroamérica, el área del Caribe, América del Sur (sobre todo Brasil) así como en Tailandia, abarcando también el empleo de los copépodos en el control de Stegomyia albopicta .

    El empleo de copépodos para el control de poblaciones de culícidos no tiene impactos indeseables significativos sobre el medio ambiente, sí se utilizan especies endémicas que no interfieran en la biodiversidad. Por otra parte, algunas especies de copépodos son hospederos intermediarios para el Gusano de Guinea (Dracunculus medinensis Linnaeus), parásito humano está presente en África Occidental y el Sur de Asia (Cairncross et al., 2002). Sin embargo, estos autores plantean que no hay peligro del parásito mencionado fuera de las áreas geográficas donde ocurran. En zonas endémicas, el peligro puede ser eliminado por evitar bañarse escoceduras del Gusano de Guinea en agua de beber donde los copépodos sirven para el control de zancudos, y realizar filtraciones con una tela para quitar los copépodos antes de consumiendo el agua (Marten y Reid, 2007).

    Bacterias esporógenas

    La producción de Ba. thuringiensis para combatir plagas agrícolas y forestales es una industria en expansión. Se ha obtenido industrialmente una nueva variedad, el serotipo H-14, especialmente activa contra las larvas de mosquitos y simúlidos, siendo muy activo contra las larvas de los géneros Aedes, Culex, Anopheles y Psorophora (Pineda et al., 2005).

    El cristal de toxina se forma conjuntamente con la espora, las enzimas larvarias digieren el cristal, liberando la toxina segundos después de la ingestión, y las larvas mueren a las pocas horas de ingerir una dosis letal. Las bacterias solo persisten algunos días y son necesarios tratamientos periódicos durante la estación de cría de los vectores dianas. Sin embargo, como los enemigos naturales no son afectados, con frecuencia se incrementa su número hasta suprimir nuevas infestaciones, lo cual permite alargar el intervalo entre los tratamientos (Priest ,1992; Perry et al., 2002).

    En el caso del Ba. sphaericus, aunque puede usarse contra una gama más reducida de vectores que el Ba. thuringiensis, hay muestras de que puede reciclar en hábitats contaminados, ricos en materia orgánica, lo cual hace que conserve considerablemente su eficacia contra las larvas de mosquitos durante períodos prolongados (Najera y Zaim,2004). La toxina de esta especie se sitúa en el tegumento de las esporas, siendo más activa que la de Ba. thuringiensis H-14 contra ciertas especies de mosquitos, pero no actúa contra las larvas de simúlidos. Las bacterias mueren en los tanques de cloración, pero la toxina queda indemne y afecta a las larvas que haya aguas debajo de estos estanques ( Schnepf et al.,1998).

    Hongos entomopatógenos

    Se considera que muchos tipos de hongos son potencialmente utilizables en la lucha antivectorial. Pertenecen a las clases Chytridiomycetes, Oomycetes, Zygomycetes y Dentromycetes. Se están utilizando y evaluando varias especies de Coelomyces y Coelomycidium, Lagenidium giganteum, Culicinomyces clavosporus, Tolypocladium cylindrosporum y Coelomomyces stegomyiae contra larvas de mosquitos. Los hongos del género Coelomomyces son parásitos obligados que se encuentran frecuentemente en larvas de mosquitos. Aunque la mayoría de las especies se han encontrado en mosquitos, se sabe de algunas que atacan a las larvas de Chironomidae. Hay mucho interés por la utilización de Coelomomyces para combatir mosquitos, pues se sabe que varias especies de este género pueden causar epizootias en poblaciones de larvas, logrando una mortalidad superior al 90 por ciento. Además, una vez establecido en un hábitat el hongo se reproduce a menudo por varios años, obteniendo una reducción entre moderada y alta de las poblaciones larvales de mosquitos. Sin embargo, se debe considerar el efecto nocivo que tienen los Coelomomyces sobre algunas crustáceas, que actúan como hospederos intermediarios o secundarios tal como el copépodo Phyllognathopus vigueri; muchos de estos son importantes en la cadena alimenticia acuática ( Hokkaken y Hayek, 2003).

    Nemátodos

    Nemátodos son eficaces contra larvas de mosquitos de varias especies, constituyen parásitos obligados que deben pasar parte de su desarrollo en un huésped vivo. Las especies de nemátodos mermítidos que más se han empleado en el control de culícidos son: Romanomermis culicivorax, Ro. iyengari , Octomyomermis muspratti y Strelkovimermis spiculatus , siendo el más estudiado, el primero de los mencionados. Los adultos de estas especies ponen huevos en el lodo o en el detrito de los hábitats de mosquitos después de salir del huevo, los preparasíticos buscan e invaden larvas de mosquitos, donde se desarrolla dicha parásito, después de crecer dentro de la larva unos siete días, el nemátodo sale y mata a la larva al atravesar la cutícula de la misma, luego de esto, el nemátodo cae al fondo del hábitat, muda, se aparea y las hembras comienzan a poner huevos ( Santamarina y Perez, 1997; Rawlins,1998). Rodríguez et al (2005) comprobaron el efecto patógeno de tres nemátodos parásitos de larvas de mosquitos en condiciones de laboratorio en Cuba y recomiendan su uso en depósitos artificiales no útiles que permanezcan con agua por un tiempo.

    Insectos acuáticos

    Diversos especies de insectos acuáticos, como los pertenecientes a los ordenes Odonata, Hemiptera y Coleoptera han demostrado ser útiles predadores de larvas de mosquitos, resaltando las familias Notonectidae, Dytiscidae, Libellulidae y Guerridae (García Ávila, 1976). Entonces, es eminente la explotación de esta alternativa biológica dentro del control integral por todas las ventajas que ofrece y lo fácil que resulta su implementación y manejo.

    Otros organismos biológicos

    Otro grupo de organismos con peculiaridades muy importantes en la lucha biológica contra las larvas de culícidos, son los protozoos, en especial, la especie Lankesteria culicis, el cual constituye un parásito entomopatógeno pertenecientes a la clase Sporozoa, orden Gregarinidae, la Nosema stegomyiae y Pleistophora culicis. Dentro de los protozoos entomopatógenos, no obstante los diferentes criterios que existen en relación con las posibilidades de su uso para el control biológico, el hallazgo de infestaciones en diferentes condiciones climáticas naturales y en especies de insectos de importancia socioeconómico contribuye a que cada día se le preste un gran interés desde el punto de vista científico al estudio y comprobación de las propiedades patógenos de éstos , tanto en el laboratorio como en el campo ( Walsh & Olson, 1976).

    Consideraciones sobre el empleo del control biológico en el control de mosquitos

    Según Waage y Greathead (1988), la selección de los agentes de control biológico debe ser basada en su potencial para efectuar impactos no intencionales, capacidad para autorreplicación, adaptación al clima, y su capacidad para mantener interacciones estrechas con poblaciones de presa blanca, en este caso, estadios acuáticos de mosquitos.

    Además, la adaptabilidad de los depredadores en el ambiente donde estos se introducen así como su interacción con organismos indígenos tienen que ser considerado antes de efectuar cualquier introducción (Carlson et al., 2004).

    Si bien los peces larvívoros representan un paso positivo para controlar los culícidos, pocos autores consideraban la importancia de la ictiofauna nativa, sino que sus trabajos se basaban en la introducción de especies foráneas fundamentalmente del género Gambusia por lo que no tuvieron en consideración los daños causados en los ecosistemas por esos intrusos.

    De esta forma Gambusia affinis y G. holbrooki, también conocidos como "Pez Mosquito" fueron introducidas en más de 50 países con el objetivo de controlar los vectores de malaria; el pez mosquito es el noveno pez dulceacuícola más frecuentemente introducido en el mundo (García-Berthou et al., 2005), se convierte en el pez por "excelencia" para utilizar en el control biológico en criaderos naturales. Sus resultados fueron y aún siguen siendo catastróficas, ya que no sólo se alimenta de larvas de mosquitos, sino también de todo lo que encuentra a su paso, convirtiéndose en una verdadera plaga (Batly y Lim, 1999). Como ejemplo tenemos , poblaciones de peces indígenas del Asia, África y Estados Unidos que se extinguieron y unos 35 especies indígenas de peces de biotopos restringidos que han disminuido su rango o en abundancia en el mundo entero como resultado de interacciones con el pez mosquito (NSW,2003).

    Tomando en cuenta el comportamiento mostrado por el pez mosquito en los reservorios donde fue introducida, la Organización Mundial de Salud (1982), se hizo eco de todo lo anterior y divulga una serie de medidas a considerar para utilizar los peces en el control biológico, haciendo énfasis en la no introducción de individuos del género Gambusia y utilizar las especies nativas, para lo cual recomienda el estudio de la sistemática, y biología de dichos organismos en sus reservorios naturales así como de las especies de mosquitos a controlar.

    Experiencias en Cuba en relación a la introducción de peces larvívoros

    En Cuba las introducciones de peces exóticos se han sucedido desde el comienzo del Siglo XX con Mycropterus salmoides (erróneamente llamada Trucha), para la pesca deportiva y Lepomis macrochirus (Pez Sol) para utilizarlo como forraje (Welcomme, 1988). A ésta se sucedieron nuevas introducciones agudizándose a finales de 1960 con la introducción de cíclidos traídos con el objetivo de incrementar el valor proteico de la alimentación del pueblo (Camacho, 1984), estando entre los advenedizos las Tilapias, ya que

    constituyen el recurso que mayor expansión ha tenido en los últimos años en el mundo, por sus características biológicas y culturales y su amplia plasticidad trófica; se ha diseminado a través de los sistemas de regadío y otros mecanismos, dando motivo a que se hayan mezclado y adaptado a condiciones ecológicas muy diferentes (agua dulce, salobre o salada) (Aguilar, 1966).

    Las introducciones para combatir los mosquitos no se justifican, ya que en el país existe una fauna dulceacuícola con condiciones suficientes para utilizarla en su control. No obstante en 1935 – 1940 se introdujo en Cuba la Poecilia reticulata (Guppy), con el objetivo no sólo de controlador biológico, sino también ornamental. Esta especie se introdujo en casi todos los países, su éxito está en que en agua extremadamente contaminada con albañales, no tiene competidores, siendo muy efectivo para el control de Culex quinquefasciatus (Koldenkova et al., 1993).

    Antes de introducir nuevas especies de peces en un ámbito con la intención de combatir los mosquitos, hay que hacer todo lo posible por saber si están explotándose plenamente las poblaciones de peces nativos. A menudo se desprecia el valor potencial de los larvívoros nativos, porque como persiste el problema de los mosquitos se considera que es una demostración de la ineficiencia en aquellos.

    Control químico

    Las acciones basadas en controles de tipo químico, además de representar un alto costo y una difícil aceptación por parte de la población, no han sido suficientes para controlar los mosquitos; su combate se ha efectuado tradicionalmente con insecticidas organosintéticos, los cuales han ocasionado daños al ambiente, intoxicado a las personas expuestas y han desarrollados resistencia en los insectos (Pérez et al., 2004).

    Entre los insecticidas mas usados para el control de las larvas de mosquitos se encuentran los organofosforados, los organoclorados, los reguladores del crecimiento y los derivados del petróleo. Para el control de los adultos se usan fundamentalmente organofosforados (Fention, Clorpirifos, Malation), piretroides (Cipermetrina, Landacialothrina, Galgotrin) y carbamatos (Propoxur) (Marquetti, 2006).

    La fumigación con adulticidas, lleva a una reducción rápida de la población de adultos, pero esa reducción suele ser solo transitoria, pues, en primer lugar, la fumigación no afecta a las larvas que permanecen viables en los criaderos y en segundo lugar, la fumigación es extradomiciliar, lo que hace que algunos mosquitos sobrevivan (Hernández y Danilo, 2000). Los mismos autores aclaran que entre los factores negativos asociados con el control químico de las poblaciones de mosquitos, están: falta de especificidad y por tanto se elimina una gama amplia de otros organismos incluyendo enemigos naturales de los mosquitos, como microcrustáceos de agua dulce, otros insectos depredadores como larvas de Libélulas y de Toxorhynchites, lo que lleva a un desequilibrio ecológico; selección de cepas resistentes; efectos nocivos para la salud; efecto corrosivo y por último el factor económico, ya que implica la erogación de sumas extremadamente elevadas, incluyéndose al costo del producto químico otros rubros como máquinas, combustible, salarios, etc.

    I.2.7.3 Control físico

    Este método consiste en el saneamiento del medio, es decir, cualquier modificación del medio ambiente que impida o reduzca al mínimo la propagación de vectores o el contacto hombre-vector-organismo patógeno (OPS, 1995), que pueden ser transformaciones físicas duraderas en el hábitat de los mosquitos, cambios temporales en los hábitats y cambios de la vivienda o comportamiento humano.

    Control Integrado

    El control integrado se define como la combinación de todos los medios disponibles de la manera eficaz, económica y segura para mantener las poblaciones de mosquitos a niveles aceptables (Organización Panamericano de Salud, 1995). El plan de la OMS para el Manejo Integrado de Vectores (IVM) promueve la integración eficaz con otras medidas de control de las enfermedades así como la aplicación de una variedad de intervenciones a diferentes escalas de la sociedad (WHO, 2004).

    El empleo conjunto de todas las alternativas, o sea, el manejo integral, con la participación comunitaria ha rendido los frutos más alentadores en la lucha contra el mosquito, como lo reflejan las experiencias en Taipei y Vietnam (Nam et al., 1998). Otros buenos resultados incluyen la eliminación de la epidemia de Dengue en Suva, Fiji durante los años 1978-1979, Singapur en 1966-1981, Tanzania en 1972 y en el control de la epidemia ocurrida en Cuba en 1981. Para el éxito de todos los métodos de lucha contra los mosquitos se necesita la participación comunitaria (Marquetti, 2006), que es la capacidad que tiene un grupo social o la comunidad para gestionar decisiones y apoyos para solucionar determinado problema. Todas las medidas de control y las acciones domiciliares de mejoramiento del saneamiento básico dependen de decisiones personales, familiares y comunitarias (clubes juveniles, iglesias etc.). También las conductas del personal institucional tienen efecto no solo en el control de vectores, sino influyen considerablemente en las conductas de los pobladores (USAID, 2002).

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    Curriculum Omelio Cepero Rodríguez

    Graduado en la carrera de Medicina Veterinaria. Defendió su doctorado en Leipzig, Alemania. 1988. Tiene publicado 184 trabajos en revistas Nacionales e Internacionales. Miembro titular de la Sociedad de Epizootiologia. Profesor Titular del Departamento de Medicina Veterinaria. Desde el año 1992 dirige el tema de Investigación: "Impacto de los desastres en la salud y producción animal y vegetal en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Central de las Villas. Autor de catorce libros. Ha participado en más de 100 eventos Nacionales, Internacionales y Provinciales.

     

     

     

    Autor:

    Omelio Cepero Rodriguez.

    Rigoberto Fimia Duarte.

    Jorge Abilio Pérez Batista.

    Jorge Orlay Serrano Torres.

    Partes: 1, 2
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